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Mi memoria es un perro obstinado –Damaris Calderón Campos
Reseña del libro
Su poesía es a ratos desoladora, pero también punzante y desesperada, en el sentido de la urgencia que tiene siempre la poesía de comunicar, unir y traspasar. Y, cómo no, de denunciar. Para Damaris el poema es un espacio político. No hay muchas luces verdes. A cada rato estamos siendo detenidos, pero estamos haciéndonos libres a la vez.
Ella sabe, sin embargo, que hay un mundo ahí afuera que existe sin literatura. “Y hay ojos luminosos sin letras”. La autora también contiene ese mundo: el mundo de las madres y de los hijos, el de las grandes mentes que vendieron su alma al diablo, el de la represión de la autoridad.
Ediciones Línea Imaginaria
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